Los inicios del dibujo se remontan a las primeras representaciones gráficas que conocemos como pinturas rupestres, con las que se trataba de expresar la realidad del momento; animales, astros, las cacerías, las personas... Estos grafismos han ido evolucionando y, con el tiempo, dando solución a las necesidades de expresarse del ser humano, se han desarrollado en dos disciplinas claramente diferenciadas: el
dibujo artístico y el
dibujo técnico. El artístico nace y crece de la necesidad de expresar sobre todo las sensaciones del alma, intentando llamar a los sentidos y la imaginación del espectador. El técnico, sin embargo, tiene como sujeto la realidad objetiva: los objetos, y su fin es la mera representación de los mismos, buscando que sea lo más exacta y asemejada a la realidad posible.
El
dibujo técnico es un sistema de representación gráfica que busca proporcionar la información suficiente para facilitar su análisis y hacer posible su diseño y construcción y mantenimiento. Este modo de representación se basa en la
geometría descriptiva, la cual se vale de un conjunto de técnicas geométricas, como son un sistema de proyecciones ortogonales, para plasmar las diferentes
vistas de un objeto; se trata de permitir
representar el espacio tridimensional sobre una superficie bidimensional.
En el siguiente ejemplo se puede ver cómo queda reflejada toda la información geométrica de una figura a través de las vistas en
planta,
alzado y
perfil.
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